miércoles, 17 de octubre de 2012

17 de octubre.

(ya había publicado este cuento antes... pero cada año siento lo mismo)






El canto.


Isaura puso el despertador en su celular y se dio cuenta de la fecha. Se recostó en la cama y suspiró.
El sonido de los grillos en su cuarto la arrullaban. Días antes, un compañero de clase, al verla evitar que alguien pisara un insecto, decidió regalarle un grillo que había atrapado en su casa. Isaura tenía varias supersticiones relacionadas con la naturaleza; sin embargo, le tenía especial aprecio a los grillos. Le recordaban las noches de su infancia en casa de su abuela.

Desde que llegó ese grillo, las serenatas nocturnas de los de su especie se hicieron más frecuentes. Isaura imaginaba que le pedían que lo liberara. Esa noche en particular le pareció un buen momento.
Isaura y su abuela tenían una conexión especial y se profesaban un cariño inmenso. Su abuelita le explicaba el porqué de todas las cosas que se le ocurrían a ambas: “Si matas a los grillos se acaban las lluvias”, “la persona que pone los tamales en la olla no debe salir de la cocina hasta que estén listos”, “el sonido del viento, y el canto de cualquier animalito son el abrazo de las personas que te quieren y ya no están contigo”.
- Abuelita. ¿Y tú siempre vas a estar conmigo?
- Siempre mijita.

Cuando pequeña, Isaura no entendía todo el tiempo lo que le contaba su abuelita, pero lo creía de corazón. Eran los porqués de su existencia. Esa noche se cumplían 12 años del día en que ella vio con sus propios ojos cómo la enterraban en ese lugar triste y lleno de flores. Empezó entonces a escuchar su voz dentro de sí, en su cabeza, sus percepciones y sus recuerdos.
Soltó al pequeño bicho y lo miró alejarse tímidamente, despacito.
Como diciendo adiós.


3 comentarios:

  1. Pues ya lo habías puesto antes... que bueno que lo volviste a subir xD

    Me habría encantado leerlo no se... 10 años atrás, tal vez... En lugar de tratar de olvidar tan doloroso suceso, habría aprendido a guardar tan maravillosos recuerdos.

    Muy bonito cuento :)
    abrazos!

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